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Ley de Moore: La evolución del diseño en la era digital

Ley de Moore: La evolución del diseño en la era digital

De las fotocopias al Flat Design. Un viaje por las tendencias del diseño digital desde su nacimiento hasta hoy.

19 de abril de 1965. Gordon E. Moore, cofundador de Intel, formula una teoría visionaria sobre la evolución de las computadoras, actualmente conocidas como “ordenadores”. Esta teoría expresa que, aproximadamente cada dos años, la evolución tecnológica permite duplicar el número de transistores en un circuito integrado de igual tamaño. La ley de Moore nos introduce por primera vez en el concepto de la miniaturización de la tecnología. Y hasta la fecha, su teoría se ha cumplido a rajatabla.

“Como Intel suele ilustrar, la Ley de Moore aplicada a otros ámbitos nos llevaría a, por ejemplo, tener coches del tamaño de una hormiga si su tamaño se redujera al mismo ritmo que los transistores”

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Esta evolución exponencial ha afectado de manera directa a la evolución del diseño gráfico debido a su exposición continua a la tecnología, convirtiendo al ordenador en una de sus herramientas esenciales. En este post, hablaremos de cómo se han relacionado la tecnología y el diseño, década a década, intentando comprender las tendencias gráficas que han aparecido en cada una de ellas.

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Aquellos maravillosos setenta: El nacimiento del pixel

La década de los setenta es el paso previo al boom informático. Empiezan a aparecer las computadoras personales, pero los profesionales del sector aún no están familiarizados con ellas, por lo que siguen utilizando métodos tradicionales como la serigrafía, el collage fotográfico y la ilustración manual. Aun así las bases de lo que serán las herramientas de hoy en día empiezan a asentarse, en especial en el Xerox PARC, de donde surgen herramientas de diseño tan actuales como el mouse, las UI gráficas o la impresora láser.

El diseño gráfico se encuentra en un momento de máxima demanda: muchas empresas sienten la necesidad de generar marcas y la demanda de logotipos es enorme. La aparición del televisor y de los videojuegos también requiere de recursos gráficos, y áreas como el diseño de periódicos empiezan a necesitar diseñadores ante la aparición de nuevas técnicas. Cada vez hay más necesidad de claridad comunicativa, formatos multilingües y pictogramas para que todo el mundo pueda comprender los símbolos y la información. Esto supone un auge de la escuela modernista de la Bauhaus, basada en las retículas, los ángulos rectos, las tipografías de palo seco y el valor del espacio blanco. Menos es más.

“Con el minimalismo suizo, se consigue la claridad comunicativa necesaria para el momento”

En los setenta también aparece un movimiento totalmente opuesto (New Wave) que rompe con las retículas y empieza a aprovechar los recursos informáticos para desarrollar nuevas técnicas como el collage de tipografías (la negrita, el espaciado o la compresión). Esta tendencia se convierte en el paso previo al abandono de las reglas del minimalismo suizo y la bienvenida a una nueva era centrada en todas las nuevas oportunidades que empieza a ofrecer la tecnología: el Posmodernismo.

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Los ochenta, la década del futuro

En los ochenta nace el que es sin duda madre del diseño digital, Macintosh. La pasión de Steve Jobs por la tipografía y un gran trabajo de pictogramas, a cuya sencillez estamos volviendo hoy en día, abren un mundo de nuevas herramientas de diseño antes inimaginables. Aparecen los primeros software especializados en el campo del diseño gráfico: Aldus PageMaker, Aldus FreeHand, Quark e, incluso, una de las primeras versiones del actual Adobe Illustrator. También aparecen programas dedicados exclusivamente a la tipografía como Font Editor. Estos programas utilizaban trazados Bézier, capaces de generar curvas no uniformes matemáticamente, lo cual resultaba muy útil a la hora de crear tipografías.

Los ochenta suponen una revolución en el diseño gráfico. Al situar el puntero sobre un icono en la pantalla y pulsar un botón del ratón, el usuario puede controlar el ordenador de forma intuitiva y concentrarse así en el trabajo creativo. Además, el diseño digital permite a los diseñadores hacer variaciones de sus trabajos y ver su resultado con inmediatez, en lugar de invertir largas horas en la manipulación y funcionamiento de la programación.

“Hoy en dia mover algo 10 mm a la derecha nos cuesta un segundo. Antes de los ochenta, se tardaban dos horas”

Esta revolución tecnológica afecta directamente a las tendencias estéticas de los ochenta. En una época donde se miraba muy hacia el futuro, debido al gran número de dispositivos tecnológicos que aparecían, la estética futurista se fusiona con el Posmodernismo y con las posibilidades que ofrecen los nuevos medios digitales. Podríamos decir que se trata de un diseño de “ciencia-ficción”. Colores estridentes (debido a la aparicion de los colores RGB en pantalla), patterns llamativos (y la posibilidad de crearlos muy rápidamente), collages excéntricos (la continuación del posmodernismo) y claras referencias futuristas. Cada diseño intenta llamar más la atención que el anterior.

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La World Wide Web, hija de los noventa

Como Moore vaticinó, el avance tecnológico exponencial no se detiene y las computadoras personales ya se encuentran en la mayoría de hogares del primer mundo. El diseño gráfico comienza a inundar todos y cada uno de los ámbitos de la vida diaria. La demanda crece paralelamente a la introducción de las nuevas tecnologías: el videoclip, que utiliza infinidad de recursos gráficos, los créditos de películas y series empiezan a ser obras de reconocidos diseñadores. Pero lo más importante, la idea que nos permite hoy en día estar conectados a cualquier punto del mundo, el primer paso a la era de la información: Internet.

La evolución se refleja también en el software empleado por los diseñadores, pasando a ser imprescindible. Aparecen ya versiones contrastadas de los programas más utilizados hoy en día como Adobe Photoshop, Illustrator, InDesign o Dreamweaver.

En cuanto a tendencias gráficas, los noventa son una versión evolucionada del diseño de los ochenta con una gran influencia del street art/graffiti. Se explotan los recursos obtenidos a través del ordenador como los patterns geométricos o los collages, y un tratamiento mucho más preciso de las tipografías digitales y los fotomontajes, que se mezclan con colores sintéticos e imágenes rompedoras. Los diseñadores se sienten cada vez más libres. Pero si nos centramos en el gran impacto tecnológico de la época, Internet, nos encontramos con los inicios del diseño web en unos monitores que en el año 1991 solo soportan 16 colores. También se establecen las bases del diseño actual: aparece Mosaic, navegador web referente en la muestra de imágenes y texto juntos, en 1993.

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2000: “Make it simple”, el nuevo milenio

La ley de Moore nos explica la multiplicidad con la que la tecnología avanza. Esta velocidad evolutiva es claramente identificable en el diseño durante la primera década del nuevo milenio. A la vista queda cómo pasamos del posmodernismo de los noventa a la simplicidad minimalista de finales de la década en un giro de 360 grados. Este nuevo milenio trae consigo un crecimiento supersónico en Internet: la web 2.0, las flashweb y, en la segunda mitad de la década, el auge de las redes sociales. El incremento de la información en pantalla nos lleva desde una sobredosis de colores y efectos hasta la simplicidad y claridad.

La informatización de las herramientas de diseño sufre una evolución constante. El incremento de píxeles en las pantallas (de 800 x 600 hasta 1600 x 1280) se traduce en un aumento substancial de la calidad de las imágenes. La velocidad de crecimiento de los procesadores permite, a cada año que pasa, una reducción del tiempo en los procesos de producción y una mayor libertad que hace que surjan los conocidos como diseñadores artistas, con Stefan Sagmeister o Shepard Fairey entre sus referentes.

Gran culpa de la tendencia a simplificar la tiene la influencia que la tecnología de Apple ejerce sobre la sociedad y los profesionales del diseño. La revolución de Apple (iMac, Macbook, iPod, iPhone) acerca la marca a todo tipo de consumidores, que convierten su estética minimalista en tendencia en un mundo cada vez más global e interconectado. Entrados completamente en la era digital, el campo que sufre mayor innovación, y sobre el que ponemos el foco, es la web.

Características comunes en el diseño de las webs 2.0

  • Efectos de sombras - Con la pretensión de acercar el mundo real y el digital.
  • Botones enormes con biseles y cantos redondeados - Con el objetivo de llamar la atención.
  • Degradados - Por la facilidad con la que pueden generarse y la novedad que representan.

“Estas tendencias gráficas, comparables a juegos para niños, ayudaron a la sociedad a familiarizarse con la navegación para, actualmente, poder dar un salto estético”

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2010 y el Smartdesign: Diseño material, modular y útil

Como nuestro amigo Moore predijo, cada dos años se duplica el número de transistores y, por lo tanto, se duplica la capacidad de almacenamiento y de procesado. Lo que no hemos comentado hasta ahora es que por el mismo efecto, también se divide en dos el espacio que ocupan. La consagración de los smartphones, tablets, y próximamente de los relojes inteligentes, smartwatches, plantean un nuevo reto para el diseño puesto que un mismo contenido tiene que visualizarse en 5 formatos diferentes. Esta es la década del Responsive Design.

Una sociedad totalmente rendida a las redes sociales, a compartir conocimientos, blogs de diseño grafico, etc. Una sociedad enchufada al diseño gracias a Apps como Instagram, que permiten a uno sentirse fotógrafo; o tiendas como Ikea, donde puedes convertirte en un diseñador de interiores. Vivimos en la época en la que más se está estimulando la capacidad creativa de las personas, de ahí también la fiebre por el DIY y su estética, que atrae consigo al lettering, a la madera, a los estampados e, incluso, a animales del bosque.

Aunque empezamos la década perfeccionando las tendencias digitales de la anterior, llevando a un nivel hiperrealista el diseño de iconos o interfícies web (skeuomorphism), aparece el Flat Design como respuesta a la necesidad de limitar el peso de las imágenes para una rápida carga en los navegadores y la concepción del mundo digital como algo totalmente aislado de la realidad. Colores planos, formas vectoriales y la simplificación icónica de cualquier elemento que nos rodea actualmente. Mezclado también con la tendencia geométrica y la vuelta al posmodernismo por la que se está dejando llevar el diseño más editorial. Este estilo, al tratarse de algo más sencillo, permite que la adaptación a diferentes dispositivos sea más rápida y agradable para el consumidor en un mundo en lo que todo es para ayer.

Ver evolución de tendencias año a año

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Aquí tienes dos libros que te pueden dar contexto a estos años de imparable crecimiento tecnológico. Por un lado, Los innovadores: Los genios que inventaron el futuro de Walter Isaacson y, por otro, La tienda de los sueños. Jeff Bezos y la era de Amazon de Brad Stone. ¡Disfrútalos!

¿Adónde nos lleva todo esto?

Después de todo un análisis década tras década, creeréis que tenemos la receta para adelantarnos a cuál será la próxima tendencia. Pero no es así. Los pasos más grandes en la evolución tecnológica nunca se esperaron, solo sucedieron gracias a innovaciones puntuales que cambiaron el devenir de las cosas. Las tendencias gráficas a veces se produjeron por revoluciones contrarias a las tendencias del momento. Otras veces fueron resultado de una evolución natural.

Solo podemos anticipar que el diseño seguirá formando parte de nuestro entorno, cada vez de una forma más informativa e interactiva, y que el software y las herramientas seguirán evolucionando para conseguir diseñar de la manera más intuitiva y cómoda posible.

Eso sí. Las buenas ideas, como la ley de Moore, solo nacen de las mentes humanas: el verdadero motor del diseño.